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24 enero 2010

Retratos en movimiento

hogwartsstairsle5.jpgComo es habitual en la magia, los retratos también tienene sus propias reglas: el retratado sólo puede moverse entre los cuadros de un edificio o, si existe otro retrato suyo en otro lugar, viajar de un sitio a otro. La sanadora y ex directora de Hogwarts Dilys Derwent puede moverse por todas las paredes del castillo, además de por los otros cuadros del edificio del hospital de San Mungo. Sin embargo, aunque su compañero de despacho Dexter Fortescue pueda entrar en el retrato de Dylis en Hogwarts, no le está permitido moverse hasta su retrato en San Mungo. Todos los protagonistas de los cuadros de la escuela están muertos, lo que podría tratarse de otra norma: morir para aparecer retratado.

¿Quién los pinta?
La historia no hace ninguna mención del autor del retrato de Dumbledore, que aparece colgado en el despacho del director sin ninguna explicación. Podría tratarse de un encargo a un pintor, para ser posteriormente encantado y puesto de la magia. Los retratos de los ex directores no aparecen inmediatamente después de su muerte, sino que tienen que ser colgados (y existe una norma no escrita por la que sólo loos directores que fallezcan en el cargo merecen un espacio en la pared).
Un ejemplo de pintora lo tenemos con Magenta Comstock (1895-1991), que dotaba de movimiento a sus retratos. Posiblemente haga falta mucho más que pintura y pinceles para lograr que un retrato hable, pero siempre lo hará repitiendo las frases habituales del retratado. Rowling dijo que no se puede interactuar con los retratos como si fuesen personas, pero la relación entre Snape y el retrato de Dumbledore dicta precisamente lo contrario. Si los Potter tuviesen un retrato mágico, la infancia habría sido mucho más sencilla para Harry. Precisamente por eso Rowling renunció a dotarlos de "vida propia", pero debió de olvidarlo cuando escribió el último libro.

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